Desde que tenemos uso de razón, siempre hemos tenido las ganas de saber el porqué de nuestra existencia y cada día en Martenoticias.com nos preocupamos de mostrar los avances de nuestras tecnologías. Es cierto que la preocupación por acercarnos cada vez más a la verdad siempre ha estado presente, pero nunca hemos estado faltos de errores, o más bien preguntas que nos crean nuevas incertidumbres y que, sin lugar a duda, nos llevan a progresar.
Y una de estas cuestiones es la constante de expansión del Universo, también llamada constante cosmológica Ʌ. Inicialmente propuesta por Albert Einstein en sus ecuaciones de la relatividad general en 1917 como una modificación de la misma. Con un único objetivo de intentar que sus ecuaciones no predijeran un Universo en continua expansión, ya que así lo concebía él debido a sus influencias.
Confirmación de la expansión del Universo

Fuente: NASA
En 1931, Edwin Hubble mediante la predicción del corrimiento al rojo de la luz visible confirmó que las galaxias observables tendían a alejarse cada vez más rápido. Lo que condujo a deducir que el Universo estaba en continua expansión.
Este hecho fue inicialmente rechazado por Albert Einstein. Y por ello la existencia de la constante cosmológica en sus ecuaciones. Aunque más adelante se cree que llegó a declarar que incluirla fue “el peor error de su carrera”.
A pesar de ello, la constante cosmológica volvió de nuevo a la física teórica en los 90s, aunque de diferente modo. Predice la existencia de energía del vacío, denominada energía oscura, responsable de la expansión acelerada del Universo. La presencia de esta constante en las ecuaciones predice un modelo cosmológico que se ajusta más a la realidad que vemos en el espacio. Su medición recurre a la observación de supernovas y galaxias y la comparación con las distancias estimadas por un modelo cosmológico que sólo contiene materia.
Estas observaciones fueron confirmadas por satélites como el WMAP y Planck en 2018 en donde se estudiaron las fluctuaciones de la radiación cósmica de fondo de microondas, y por datos de cartografía galáctica. Sin embargo, hoy en día su cálculo teórico presenta dificultades en el área de la teoría cuántica de campos que predice su valor en 120 órdenes de magnitud más alto constituyendo uno de los retos de la física moderna.